La membrana plasmática de las arqueobacterias puede ser bicapa o monocapa. Los lípidos de esta membrana no contienen ácidos grasos, sino hidrocarburos isoprenoides y pueden ser apolares o polares.
Los hidrocarburos se unen a la glicerina mediante enlaces éter (-C-O-C-) en lugar de enlaces de tipo éster (-CO-O-C-), como ocurre en las membranas de las eubacterias y de las eucariotas.
Las paredes celulares de las arqueobacterias carecen de peptidoglucanos pero sí que contienen pseudopeptidoglucanos y polisacáridos o proteínas según las especies.
El genoma está formado por una sola molécula de ADN circular más pequeña que el de las eubacterias y asociado a histonas. Muchas son autótrofas.
Fuente termal en el Parque Nacional de Yellowstone, USA. |
Según su hábitat, se distinguen en tres grupos:
Halófilas: viven en aguas hipersalinas.
Termófilas: se encuentran en aguas termales o en hábitats volcánicos ricos en azufre.
Metanógenas: son anaerobias y producen CH4 (metano).
CO2 + 4H2 -> CH4 + 2H2O
Las arqueobacterias metanógenas son las responables de la producción de metano en los pantanos y zonas encharcadas que contienen grandes cantidades de materia orgánica en descomposición. Por este motivo, el metano se denomina gas de los pantanos. También son las responsables de la producción de gas metano en los centros de tratamiento de aguas residuales y en los aparatos digestivos de los animales como los herbívoros rumiantes.
En el esquema de arriba podemos ver en la parte superior la composición de la membrana plasmática de arqueobacterias, y en el inferior, de las céluas eucariotas. |
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